El citado informe también señala, entre otros datos que se muestran en la tabla adjunta, que la provincia cordobesa necesitaría incluso 2.520 enfermeras más para llegar a la ratio media de la UE según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyas fuentes estadísticas ofrecen una ratio de 911 enfermeras por cada 100.000 habitantes para el conjunto de países de la UE.
Todos estos datos confirman que Córdoba, como toda España, necesita más profesionales de Enfermería. No en vano, el aumento de la ratio es una de las diez principales reivindicaciones actuales de toda la profesión recogida en el Decálogo justo e inaplazable de la Enfermería Cordobesa que el Colegio de Enfermería de Córdoba viene demandando desde principios de este año, señalando que se necesita incorporar urgentemente a más enfermeras para hacer sostenible la carga de trabajo, ya que el exceso de presión y sobrecarga pone al límite la capacidad de respuesta de las enfermeras y en riesgo a los pacientes.
España necesita más de 95.000 enfermeras
No en vano, como ha señalado hoy el presidente del Consejo General de Enfermería (CGE) y del Colegio cordobés, Florentino Pérez Raya, en la presentación del citado informe, la alarmante escasez de enfermeras que presentan casi la totalidad de las Comunidades Autónomas compromete la salud de los ciudadanos. Según refleja este nuevo informe de ratios de enfermería en España, «España necesita más de 95.000 enfermeras para llegar a los datos de nuestros vecinos. De hecho, todas las Comunidades Autónomas necesitan enfermeras, salvo Navarra, única región que supera la media europea”, ha indicado Florentino Pérez Raya.
Como ha explicado el presidente de las 330.000 enfermeras y enfermeros españoles, se trata de una denuncia que viene de lejos. “Existe un déficit estructural en todo el sistema sanitario, y que pone en grave riesgo la seguridad de los pacientes en los centros sanitarios y sociosanitarios de nuestro país. El no disponer de unas plantillas suficientes de enfermeras y enfermeros que puedan ofrecer una atención y cuidados de calidad a los pacientes y al conjunto de la ciudadanía, conlleva una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos, e incluso, fallecimientos, como constatan numerosos estudios científicos nacionales e internacionales publicados a lo largo de los últimos años”, ha destacado.
Tal y como ha manifestado en la presentación de los datos, “el número de pacientes que tiene que atender cada enfermera o enfermero, tanto en los hospitales como en los centros de salud y centros sociosanitarios, duplica e, incluso, triplica las cifras recomendadas para poder garantizar la calidad y seguridad asistencial en todo momento. A esto hay que sumar las graves diferencias entre regiones, que pone en cuestión el principio de equidad en el que se basa nuestro sistema sanitario, pues es imposible que se pueda prestar la misma atención con la mitad de enfermeras, como sucede en Murcia o Pontevedra en relación con Navarra”.
Entre los datos, se ha destacado que España ocupa el sexto lugar por la cola en la Unión Europea. Por debajo de nuestro país sólo están Eslovaquia, Italia, Hungría, Bulgaria, Grecia y Letonia. Entre las Comunidades Autónomas, sólo Navarra supera la media europea. Le siguen País Vasco, Melilla y Castilla y León. Con los peores datos están Murcia, Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana e Islas Baleares.
En el caso de las provincias también superan la media europea Cáceres, Álava y Soria. Por el contrario, Pontevedra, Guadalajara, Murcia, Ourense y Alicante son las provincias con las peores cifras.
Informe de necesidades reales
Tras la amplia exposición de los datos por Comunidades y provincias que puede consultarse en el siguiente enlace, el CGE ha pedido llevar a cabo un estudio de necesidades reales de enfermeras y la creación de un grupo de expertos específico que aborde la planificación de enfermeras en los próximos diez años que será necesario en el Sistema Nacional de Salud. “Deben estudiarse no sólo los datos y cifras que hemos expuesto aquí en relación con las ratios nacionales y europeas. También es preciso considerar qué población tenemos que atender en relación con su envejecimiento, la natalidad, la dispersión geográfica o qué enfermeras especialistas debemos formar”. “Debemos tener en cuenta -añadía Pérez Raya- que no es lo mismo el número de enfermeras que vamos a necesitar si tenemos mucha población mayor y muy dispersa, en pueblos o aldeas, que barrios nuevos con una natalidad elevada. Todo eso debe analizarse seriamente si queremos ofrecer a la población la atención sanitaria que se merece, lo que todos nos merecemos como ciudadanos”.
Toda esta situación, que el CGE lleva años denunciando, se ha visto exacerbada con la pandemia. Así, como recordaba el presidente de las 330.000 enfermeras españolas, “aunque haya muchos que quieran negarlo, nuestro sistema sanitario colapsó en los peores momentos del COVID-19. La falta de enfermeras obligó a contratar a estudiantes de Enfermería, compañeros que no estaban en la atención directa tuvieron que ponerse nuevamente al pie del cañón, recurrieron a jubilados, se cerraron consultas, se trasladó a todo el personal posible a ámbitos tan específicos como cuidados críticos… Parches para resolver la difícil situación que vivíamos. Parches de los que ya parece que se han olvidado”.