En un encuentro reciente entre enfermeras y profesionales expertos en vacunas organizado en la sede del Consejo General de Enfermería, con la colaboración de Pfizer, se ponía sobre la mesa la importancia de las enfermeras como prescriptoras de vacunas en pacientes y se exponían los datos de impacto de esta enfermedad en pacientes mayores. “La incidencia de la neumonía neumocócica aumenta con la edad y con la presencia de patologías crónicas de base, como puede ser la diabetes, la EPOC o las cardiopatías crónicas. Cuando el paciente tiene una infección por neumococo y dos patologías más se convierte en un paciente de alto riesgo. La patología de base en el adulto aumenta el riesgo de hospitalización por enfermería neumocócica. Este riesgo es cinco veces mayor cuando el paciente tiene una enfermedad respiratoria crónica, es 13 veces superior si el paciente presenta una dolencia cardíaca, tiene cuatro veces más riesgo para un diabético o se multiplica por 55 respecto al paciente sano cuando el afectado toma inmunosupresores. Si hay comorbilidades, la posibilidad de hospitalización por neumonía neumocócica se multiplica por 73”, enumeraba en la jornada Isabel Jimeno Sanz directora del Centro de Salud Isla de Oza y responsable del Grupo de Vacunas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) en la jornada.

Por esta razón, Florentino Pérez Raya quiere hacer un llamamiento global a enfermeras y pacientes y hacer ver la importancia de la vacunación frente a la enfermedad neumocócica. “Esta infección incide sobre todo en pacientes crónicos. Las enfermeras tienen también que saber transmitir a los pacientes la importancia de vacunarse. Tenemos que conseguir que el mensaje de que la vacuna salva vidas cale en los pacientes. Está en nuestra mano prevenir un gran número de muertes y tenemos que hacer todo lo posible para que este mensaje llegue socialmente. Debemos prevenir la muerte de nuestros mayores”, puntualiza el presidente de las enfermeras.

Adultos mayores y niños

Esta infección respiratoria aguda afecta a los pulmones y sus síntomas son, principalmente. dolor torácico, escalofríos, dificultad para respirar, fiebre alta y tos productiva. Cualquier persona puede sufrirla, incluso aquellas que mantienen una vida sana, pero la mortalidad es mayor en los colectivos más vulnerables, como son los niños menores de dos años y adultos mayores de 75. Los índices de vacunación infantil frente a esta enfermedad en nuestro país son satisfactorios, no es así con la inmunización en mayores. Por esta razón, desde el Consejo General de Enfermería se quiere hacer este llamamiento para hacer ver la importancia de aumentar las tasas de vacunación. “Queremos reiterar la necesidad de que las personas mayores de 75 años son población de riesgo para contraer esta enfermedad, que estos pacientes suelen tener patologías crónicas que ven aumentada su gravedad con la presencia de esta infección. Las enfermeras tenemos en nuestra mano el trasladar a los pacientes la necesidad de poner barreras a esta infección”.

Antivacunas

Un preocupante mensaje antivacunas está resurgiendo en el discurso social en los últimos tiempos. Hay muchas enfermedades que estaban ya desterradas que están volviendo a tener incidencia en la población, algo que preocupa a sanitarios y pacientes. Por ello, el Consejo General de Enfermería también ha querido hacer un llamamiento social para volver a recuperar la confianza en lo que ha sido una de las medidas de prevención de la salud más efectivas de la historia reciente. “Las vacunas son necesarias. Tenemos la responsabilidad social de mantener la salud colectiva y una de las formas más efectivas de mantenerla es hacer caso a las recomendaciones de las autoridades sanitarias y vacunar cuando así lo requieran”, concluye Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.