En este sentido, Miguel Ángel Guzmán ha querido reconocer en primer lugar la profesionalidad y entrega de todos los profesionales sanitarios -más si cabe- en la gestión de la actual crisis sanitaria, si bien aclara que la circular pretendía acentuar -en estos extraordinarios momentos- la necesidad de extremar el cuidado en cuanto al deber que, como profesionales, tienen de mantener el secreto sobre los datos de salud de los pacientes, reconociendo de la misma manera que el comportamiento generalizado es ejemplar en este sentido.

De este modo quiere corregir la interpretación que haya podido darse de la Circular del SAS, refiriéndose a que la posible ambigüedad en su redacción haya podido provocar el que los medios lo hayan orientado en el sentido de que los profesionales pudieran estar infringiendo sus deberes deontológicos, lo que de todo punto resultaba inasumible para este Consejo, quien interpuso queja formal.

Así, el Director Gerente del SAS quiere dejar claro que la Circular SAS nada tiene que ver con las denuncias que el personal sanitario pueda hacer respecto a la falta de medios para ejercer de manera adecuada y con la debida protección su labor asistencial sino que -según ha señalado- se refiere a la obligación de guardar secreto profesional sobre los datos de los pacientes contagiados de COVID-19. En este sentido, insiste en que desde el SAS no se niega la libertad de expresión de los profesionales, y que todos ellos siempre han contado con dicha libertad para expresar sus circunstancias laborales y de necesidades de recursos.