Un total de 14 enfermeros militares son los encargados de velar por la salud y los cuidados en la base militar cordobesa de Cerro Muriano, y de ‘defender’ también a la Brigada Guzmán el Bueno X y a la población civil en misiones internacionales en las que participa el Ejército español. Todo ello dentro del poco conocido Cuerpo Militar de Sanidad, que también ofrece una alternativa de desarrollo para la profesión enfermera.
«Los enfermeros (militares) siempre están presentes en el frente, y literalmente yo les he visto salvar vidas de un momento a otro en el campo de batalla». «Para muchos de nosotros, junto al resto del personal sanitario, son un auténtico seguro de vida en las misiones internacionales». Quienes así hablan son un par de soldados cordobeses de la Brigada de Infantería Mecanizada ‘Guzmán el Bueno’ X (BRI X), con base en Cerro Muriano, donde actualmente 13 enfermeros militares, más el también Comandante Enfermero Francisco Javier Flores Piernagorda -actual jefe de la 1ª Sección del Cuartel General de la BRI X-, conforman los efectivos de Enfermería vinculados a esta Brigada, pertenecientes al Cuerpo Militar de Sanidad. Enfermeros que han apostado por desarrollarse profesionalmente en el seno de las Fuerzas Armadas, y que aúnan, junto a su vocación, formación y experiencia en el cuidado de los demás; espíritu de sacrificio, lealtad, amor a la Patria, espíritu de servicio, compañerismo y disciplina, entre otros valores propios del Ejército español.
No en vano, si algo diferencia a estos enfermeros de los profesionales que trabajan en la Enfermería civil es precisamente su componente militar. Así, más allá del trabajo diario que se realiza en la base cordobesa, estos enfermeros requieren de unas competencias, valores y compromiso específicos que quedan reflejados a la hora de su participación en misiones internacionales, donde los escenarios, recursos, dificultades y peligros son muy diferentes a los que puede encontrarse cualquier profesional en un centro de salud u hospital español.
Un compromiso no solo demostrado en misiones fuera de nuestras fronteras, sino también en operaciones en territorio nacional, como la reciente Operación Balmis que se desarrolló entre diciembre de 2021 y marzo de 2022, y en la que estos enfermeros cordobeses prestaron apoyo en los inicios de la campaña de vacunación contra el COVID-19.
Frente al COVID-19 en Córdoba y Jaén
En concreto, estos enfermeros militares se desplazaron a diferentes puntos de Córdoba, de la provincia de Jaén -y puntualmente a Sevilla- para vacunar a la población civil. Con su propio uniforme militar, los cordobeses pudieron ver a estos enfermeros vacunando a ciudadanos de todas las edades, incluidos niños, en lugares como el Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre o el centro sanitario del Sector Sur, como recuerda el capitán enfermero Luis Murillo Murillo -el Oficial Enfermero con más antigüedad en la base cordobesa, donde recaló hace veinte años tras cinco anteriores en destinos de Melilla y Madrid-, que resalta que en esta operación pudieron comprobar «la buena aceptación que recibimos por parte de los cordobeses», lejos de las posibles reticencias o miedos que algunos podrían pensar que se generarían entre los ciudadanos al ver que iban a ser vacunados por personal militar.
Volviendo a las misiones internacionales, el capitán enfermero Álvaro Solís Preciado, con amplia experiencia en misiones internacionales en países como Líbano y Afganistán, afirma que «la principal diferencia del trabajo en estas misiones es la necesidad de adaptación a los recursos de los que se disponen en relación a medicación y materiales, en la medida en que cuando sales en una ambulancia formando parte de una célula de apoyo sanitario a una unidad que va a realizar una misión táctica, a veces, por las características de la misión, el regreso a la base puede demorarse varios días. Por eso, se lleva a cabo una planificación previa de cada misión de forma concienzuda, pero siempre con la flexibilidad suficiente para adaptarnos a la volatilidad de la situación que difiere de la de un hospital o centro de salud, donde se suele contar con más reservas de material sanitario”, explica este Oficial Enfermero, destinado en la base cordobesa desde 2009.
Cuando sales en una ambulancia (en misión internacional) formando parte de una célula de apoyo sanitario a una unidad, a veces el regreso a la base puede demorarse varios días», explica el capitán enfermero Álvaro Solís
Desde la base cordobesa al extranjero
En estas misiones la principal función es prestar atención sanitaria y cuidados a las propias tropas españolas y de países aliados, aunque como señala el capitán enfermero Luis Murillo, «también se apoya y atiende a la propia población civil de cada zona»; personas que por las propias características de los países en los que se realizan este tipo de misiones, cuentan con escasos o nulo acceso a recursos y atención sanitaria.
Así, y salvo situaciones extremas, el capitán Solís explica que el día a día en una misión internacional suele transcurrir en las ambulancias que prestan apoyo a misiones de reconocimiento, «donde podemos atender desde heridos por bombas trampa o por arma de fuego, a traumatismos por accidentes de tráfico, y el propio trabajo en la base internacional, donde ya se trasladan y atienden los casos más graves y se apoya a la población civil». Los enfermeros también son los encargados de gestionar la evacuación de heridos a otros puestos más seguros u hospitales, bajo dictamen de un oficial médico.
Lógicamente, este trabajo dista de la labor diaria que estos enfermeros realizan en la base de Cerro Muriano, como apunta la teniente enfermera Cristina Vico Góngora, la última en incorporarse a este grupo de enfermeros de la BRI X, en agosto del pasado año, y que actualmente se está preparando para afrontar la que será su primera misión internacional. Como el resto de estos profesionales, y de militares de la base, las primeras dos horas de la jornada diaria se destinan a la práctica de instrucción físico-militar (basada en actividades deportivas).
El trabajo en la base cordobesa se reparte entre la labor asistencial, de prevención y de docencia; y el entrenamiento militar.
En la imagen superior, dos Oficiales Enfermeros realizando un electrocardiograma a un soldado en las instalaciones de Enfermería de la base cordobesa de Cerro Muriano. En el medio, atención y traslado de un paciente en la propia base. Abajo, otros dos enfermeros militares trabajando en el depósito de medicamentos que se nutre de la propia farmacia militar existente.
Por otro lado, la labor asistencial ante urgencias reales en cualquier lugar de la base, y el entrenamiento militar, con la participación en ejercicios con ambulancias y las salidas al campo de maniobras y de tiro junto al resto de militares. «Ejercicios o situaciones reales en las que también realizamos una función asistencial, que se complementa también con funciones de prevención y docencia que también llevamos cabo entre el personal militar», resalta el capitán Solís.
Acceso a la escala de Oficiales Enfermeros
Para acceder a la Enfermería Militar, dentro del Cuerpo Militar de Sanidad, y tras obtener el Grado (o Diplomatura en el pasado) en Enfermería, es necesario aprobar y lograr plaza en las oposiciones que anualmente convoca el Ministerio de Defensa para el acceso a la escala de Oficiales Enfermeros del Cuerpo Militar de Sanidad, para la que el pasado año se ofertaron 45 plazas y este año 37. (Plazas distintas de las que también se convocan para la Red Hospitalaria de Defensa, centros sanitarios del Ministerio en los que también trabajan enfermeros civiles).
Esta oposición consta de cuatro exámenes. El primero de ellos, un test de 250 preguntas, similar al existente en las pruebas de acceso para plazas de enfermero en el sistema sanitario público civil; pero al que se suman otros tres exámenes consistentes en una prueba de inglés de nivel B1, pruebas físicas y un caso clínico práctico a defender, como explica el capitán Murillo. Asimismo, y a diferencia de la Enfermería civil, en estas oposiciones no cuenta la experiencia a efectos de puntuación, si bien es verdad que parte de estos enfermeros cordobeses cuentan con experiencia previa en centros de salud y hospitales no militares.
Tras la superación de estos exámenes y la obtención inicial de plaza, se pasa a un periodo formativo que aúna formación militar general, en la Academia General Militar de Zaragoza, Academia General del Aire y Escuela Naval; con formación militar específica, en la Escuela Militar de Sanidad de la Academia Central de la Defensa, en Madrid. Finalizado con éxito este periodo formativo ya se ingresa en el Ejército como Oficial Enfermero del Cuerpo Militar de Defensa, incluido en los Cuerpos Comunes de la Defensa, con el empleo de Teniente enfermero, como recientemente ha hecho la teniente Vico, que hace dos años afrontaba el citado periodo de formación.
Dos especialidades y protocolos
Por otro lado, y si bien en el Ejército no existen las especialidades de Enfermería que actualmente se obtienen en el ámbito civil a través de la formación EIR, los enfermeros militares cuentan con dos especialidades propias: la especialidad de Enfermería Médico-Quirúrgica en Operaciones (creada en 2015), y la de Urgencias y Emergencias en Operaciones (de 2019), que se obtienen tras una residencia de dos años en el Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid. Especialidades que trasladadas al ámbito de la Enfermería civil, y sin la peculiaridad de estar centradas en operaciones militares, aún están pendientes de desarrollo formativo, en el primer caso; y constituye una demanda de la profesión enfermera, en el segundo.
Asimismo, y en lugar de competencias definidas, estos profesionales cuentan con una serie de protocolos de actuación que ponen de manifiesto el elevado grado de autonomía con el que los enfermeros militares desarrollan su trabajo, ya que muchas veces sus actuaciones tienen que realizarse sin la colaboración de personal médico, como explican estos Oficiales Enfermeros cordobeses.
Desde su experiencia, tanto los capitanes Murillo y Solís, como la teniente Vico, coinciden en señalar que la ciudadanía desconoce la existencia de los enfermeros militares, y que incluso dentro de la propia profesión enfermera hay un desconocimiento en torno a su labor. «Algunos enfermeros que trabajan en el ámbito civil me preguntan ¿y en el Ejército qué haces? En general, nos ven más como militares que como enfermeros», apunta Álvaro Solís, cuando en realidad ellos se saben y se sienten enfermeros. Si bien, y como recuerda Luis Murillo, sí es cierto que existen diferencias en relación a la Enfermería civil, «como el hecho de que tenemos que estar disponibles las 24 horas, pues en cualquier momento nos pueden activar si es necesario», además de la citada mayor autonomía en el trabajo y la participación activa en misiones internacionales.
Algunos enfermeros que trabajan en el ámbito civil me preguntan ¿y en el Ejército qué haces? En general, nos ven más como militares que como enfermeros».
La sanidad militar como opción
Tras compartir una jornada de convivencia con estos enfermeros militares cordobeses, se puede concluir que son un reflejo y ejemplo de una de las posibles salidas profesionales en el marco de la Enfermería, quizás desconocida para muchos de los futuros enfermeros y enfermeras que actualmente cursan sus estudios de Enfermería. Esta labor que también debe ser conocida y reconocida cuenta con el apoyo del Colegio Oficial de Enfermería de Córdoba, el cual también contribuye a que los enfermeros militares sean visibles, con el objetivo de dar a conocer este ámbito profesional tan específico y vocacional, en el entorno de la profesión cordobesa y entre la ciudadanía en general.
En definitiva, otra alternativa de desarrollo profesional para la que, junto a las cualidades de todo enfermero de interés y compromiso por la atención y el cuidado de los demás, sobre todo «se requiere albergar valores militares como la disciplina, el espíritu de sacrificio o el sentido del deber», concluyen estos enfermeros, orgullosos de llevar en sus uniformes el escudo de la BRI X, cuyo lema Sed fuertes en la Guerra es la guía que encabeza la preparación diaria y el desempeño de la misión de todos sus profesionales