Tanto es así que, ante la situación de alerta sanitaria marcada por la pandemia de COVID-19, los colegios provinciales de Enfermería están ahora más alerta si cabe para evitar los casos de intrusismo profesional, puesto que las circunstancias han llevado en los últimos meses a la contratación de nuevos profesionales y la realización de las correspondientes altas colegiales por vía telemática, un formato que puede ser susceptible de alteraciones e incluso de posibles falsificaciones, a las que los citados organismos hacen frente velando por la autenticidad de cuantos documentos se presentan en la colegiación de cada profesional.
Por todo ello, el CAE quiere subrayar el mecanismo de protección que supone la colegiación de los profesionales de enfermería ante los usuarios del sistema sanitario, quienes en estos momentos de pandemia necesitan más que nunca sentir la garantía de seguridad en los cuidados de la enfermera o enfermero que les atiende y para ello, los colegios profesionales trabajan para que toda la ciudadanía cuente con esa tranquilidad.
Así, desde dichas corporaciones se extrema el cotejo con minuciosas comprobaciones de la documentación para la colegiación a través del Registro Nacional de Titulados Universitarios Oficiales (RNTUO). Cuando se detecta alguna anomalía grave por un colegio, además de las acciones que deben emprenderse ante las administraciones públicas o en su caso, en la vía judicial, se pone en conocimiento de toda la Organización Colegial a nivel nacional, para que conozca su existencia en evitación de posibles actuaciones fraudulentas en el resto de provincias así como a nivel internacional.
En definitiva, los colegios provinciales tienen la función de verificación en el acto de colegiación, como requisito previo para el ejercicio profesional (artículo 3 de la Ley de Colegios Profesionales), y disponen de los mecanismos correspondientes para evitar el intrusismo profesional derivado de cualquier manipulación o alteración ilegal del título universitario. Del mismo modo, corresponde también a estos colegios la función de aplicar el Código Deontológico de la Enfermería, norma que contiene el conjunto de principios y reglas éticas que deben inspirar y guiar la conducta del profesional enfermero. Este código aprobado por el Consejo General de Enfermería (CGE), es de obligado cumplimiento por todos los profesionales y persigue garantizar a la ciudadanía la correcta y adecuada praxis, recogiéndose incluso en el mismo, la capacidad de suspender del ejercicio a un profesional en caso de que se demostrara la realización de una mala práctica. Por todo ello, la labor de los colegios profesionales de Enfermería se erige como un garante para los usuarios y de ahí que el CAE quiera hacer llegar a toda la ciudadanía que pueden acudir a los servicios sanitarios con total confianza y seguridad.