Por lo que respecta al problema que más preocupa, el de las quemaduras solares, Enrique Castillo ha explicado que esta preocupación es casi diez puntos superior en el caso de las mujeres (51,9% frente al citado 43% de media), y en los hogares con hijos, sobre todo de 0 a 9 años, donde este tema es motivo de inquietud para el 51,1% de las familias.

La citada encuesta también refleja que, a pesar de que el 11,7% de los hogares han padecido quemaduras de sol en el último año, “hasta en el 42,9% de los casos no ha habido ningún seguimiento del problema por parte de algún profesional sanitario, por lo que desde la Enfermería cordobesa queremos hacer un llamamiento a la ciudadanía para que también cuenten con el apoyo de los profesionales en este tema, con el fin de evitar complicaciones para la salud”, ha resaltado Castillo.

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Decálogo frente al calor

En relación a las altas temperatura y olas de calor, Rafael Molero, enfermero gestor de casos de la Unidad de Residencias del Distrito sanitario Córdoba-Guadalquivir, ha ofrecido una serie de consejos para hacer frente a las mismas, especialmente importantes para la población más sensible, como son los bebés y menores de 4 años, las personas que realizan esfuerzos en el trabajo, los mayores, las que tienen enfermedades crónicas, los que recientemente han sido dados de alta en el hospital o las personas que toman determinados fármacos como diuréticos, antidepresivos o antihipertensivos.

En cualquier caso, los ciudadanos deben tener en cuenta los siguientes diez principales signos de alarma que pueden alertarnos de que padecemos un problema por altas temperaturas. Estos signos son sed intensa; fuerte dolor de cabeza; náuseas y vómitos; piel caliente, roja y seca; fiebre elevada repentina; debilidad muscular o fatiga; calambres musculares; pulso rápido; somnolencia o mareo; y ya en casos más graves pérdida de conciencia y convulsiones.

Para prevenir los efectos negativos del calor y evitar estas señales de alarma, Rafael Molero explica que los cordobeses deben tener en cuenta el siguiente decálogo para protegerse frente a las altas temperaturas:

1. Hidratarse y beber agua frecuentemente aunque no se tenga sed. Al menos un vaso cada dos horas, si no existe una restricción hídrica por otros motivos o patologías.
2. Consumir bebidas frescas no excesivamente frías, reduciendo las que contengan altos niveles de azúcares que favorecen la pérdida de líquido corporal.
3. No beber alcohol y café.
4. Evitar comidas copiosas y consumir verduras, ensaladas y frutas para recuperar sales minerales.
5. Utilizar ropa clara y calzado ligero, cómodo y transpirable, así como sombrero o gorra y abanico. La vestimenta mejor con tejidos con un alto porcentaje de algodón.
6. Evitar la exposición al sol entre las 12.00 y las 18.00 horas, así como la actividad física y el deporte en exteriores.
7. Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos o a la sombra, y no permanecer dentro de un vehículo estacionado y cerrado al sol, pues la temperatura interior asciende rápidamente.
8. Evitar utilizar aparatos que produzcan calor, como el horno, que hacen que aumenta la temperatura ambiental.
9. Usar protección solar regularmente.
10. En las horas centrales del día ir siempre acompañados de una botella de agua.

Asimismo, este enfermero ha explicado los tres principales problemas que produce la exposición a elevadas temperaturas, que de menor a mayor gravedad, serían, en primer lugar, el estrés por calor, que produce molestias y tensión psicológica asociada al mismo. En segundo lugar, el agotamiento por calor, “que es una moderada enfermedad cuyos síntomas incluyen intensa sed, debilidad, mal estado general, ansiedad, vértigo, mareos, y dolor de cabeza; y donde la temperatura corporal puede estar normal, por debajo de lo normal o ligeramente elevada (en todo caso menor de 40 grados)”, y frente al cual se recomienda una ducha fresca o paños fríos, beber agua o zumos y descansar.

“Y si persisten los síntomas más de una hora es recomendable avisar a los servicios de Urgencias, porque puede convertirse en una insolación o golpe de calor, que ya es una enfermedad grave caracterizada por una elevada temperatura corporal, que se incrementa por encima de 40 grados en apenas 10 ó 15 minutos, y con una disfunción del sistema nervioso central que puedo provocar convulsiones o incluso el coma”. Ante un golpe de calor, y mientras se recibe asistencia médica, hay que colocar a la persona en un sitio fresco, enfriarla con el medio que se tenga disponible (bañera, paños fríos, manguera, etc.); si está consciente incorporarla y darle agua; y si no, colocarla de lado y no darle nada por boca.

Quemaduras solares

Además, y junto a estas tres complicaciones, el calor también puede provocar sarpullidos, calambres y eritemas o quemaduras solares, que son “lesiones producidas por una fuente de calor ocasionando un daño que puede ir desde un simple enrojecimiento hasta la destrucción parcial de los tejidos. Cualquier persona es sensible a padecerla, y en verano debemos prestar especial atención a los niños, por la inmadurez de su piel”, explica Lorenzo Pérez, enfermero consultor de heridas del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.

Los síntomas principales de las quemaduras solares, consideradas quemaduras de primer grado, son enrojecimiento de la piel, dolor y ampollas en algunos casos, como resultado del acúmulo de líquido derivado de la inflamación de la piel, que ya se denominan quemaduras de segundo grado superficial.

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Participantes y otros responsables de Enfermería asistentes: desde la izquierda, Rocío Segura, directora de Enfermería del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba; Lorenzo Pérez; José Lázaro, director de Cuidados de Enfermería del Distrito sanitario Córdoba-Guadalquivir; Gloria Fernández; Sonia Vega; Enrique Castillo; Estela Mayén, otra de las responsables del Servicio de Enfermería de Referencia del Hospital Cruz Roja de Córdoba; Rafael Molero y Álvaro Sánchez de Puerta.

Ante la aparición de una quemadura solar, Lorenzo Pérez explica que lo recomendable es enfriar con agua del grifo a temperatura ambiente, no recomendándose el uso de agua muy fría o helada, e hidratar la piel para restablecer la humedad. “También cabe considerar la utilización de medicamentos u otros productos para el manejo del dolor e inflamación, como analgésicos, antiinflamatorios y corticoides tópicos, siempre bajo consulta de los profesionales sanitarios”. Asimismo, es conveniente aumentar la ingesta de líquidos y, lógicamente, evitar exponerse al sol, así como “no utilizar remedios caseros (vinagre, aceite, pasta de dientes, tomate, café, etc.), porque aunque logran aliviar momentáneamente el dolor, pueden repercutir negativamente en la quemadura”, según este enfermero experto.

Mayores y niños

Como se ha indicado anteriormente, y aunque los efectos negativos en la salud de las altas temperaturas pueden afectar a todos, los niños y las personas mayores son los colectivos más vulnerables y los que tienen más riesgo frente a una ola de calor, “en el caso de los mayores, porque el centro de la sed no funciona correctamente; y en los niños, porque no piden agua con la frecuencia necesaria”, señala Gloria Fernández, enfermera del Servicio de Urgencias y Urgencias Pediátricas del Hospital San Juan de Dios de Córdoba.

Junto a los síntomas generales de alerta, “si el anciano comienza a quedarse dormido, no contesta, no sale de la cama o dice incoherencias”, significa que puede padecer un golpe de calor. En ese caso será necesario avisar al servicio de Urgencias si estos síntomas persisten durante más de una hora, explica esta enfermera. Para prevenir un golpe de calor es necesaria una hidratación constante consumiendo agua, fruta y verduras; y si no está contraindicado, se puede aumentar el consumo de sal de manera transitoria y moderada, que hace que la sensación de sed no se vaya tan pronto y se retenga más líquido, evitando que se vaya por la orina.

En el caso de los niños, si el bebé tiene menos de 6 meses y se alimenta exclusivamente de lactancia materna, ésta será siempre a demanda. Por el contrario, si el bebé se alimenta exclusivamente con leche preparada en biberón, no se recomienda alterar la relación entre el agua y cacitos de polvo. En este caso se podrá dar agua entra las tomas de leche, y es recomendable controlar las deposiciones en el pañal para asegurarnos de que esté bien hidratado. “Y no es aconsejable usar cremas de protección solar, y ya para niños mayores de 6 meses se aplicarán cada dos horas cremas indicadas en niños, con factor de protección más alto (50+) y que sean resistentes al agua”, apunta Gloria Fernández.

 Cuidados especiales de ostomías en verano

Por otro lado, y en el ámbito de los cuidados de salud durante el verano, cabe hacer una mención especial a los pacientes ostomizados, aquellos que evacúan sus desechos orgánicos en una bolsa a través de una ostomía o apertura quirúrgica a consecuencia de alguna enfermedad. Volviendo a los datos de la citada encuesta, la preocupación por el cuidado de las ostomías es mayor entre las mujeres (32,6% frente al 27,1% de media) y entre los mayores de 65 años, a los que el tema inquieta en el 30,1% de los casos. Dato este último en consonancia con el hecho de que, lógicamente, es en este colectivo de mayor edad donde existen más hogares con problemas de ostomías, hasta en un 10,5%.

Aunque la ostomía está presente durante todo el año, durante el verano requiere de una serie de cuidados especiales, no solo por el calor y por los habituales cambios en la dieta, y porque la ostomía provoca un aumento de la deshidratación del organismo; sino también porque es una época más susceptible de realizar viajes o actividades deportivas o acuáticas no habituales. Entre ellos, y como indica la enfermera experta en ostomías y responsable del Servicio de Enfermería de Referencia del Hospital Cruz Roja de Córdoba, Sonia Vega, la correcta conservación del dispositivo –bolsas y discos de ostomía-, que hay que mantener en lugares frescos y secos; una buena higiene del estoma; y una serie de consejos nutricionales para garantizar una buena hidratación y favorecer la absorción de líquidos, porque se pierde agua por la ostomía.

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Entre estos consejos, beber entre dos y dos litros y medio de líquidos al día; tomar alimentos ricos en carotenos (zanahorias, tomate, melón o espinacas) que no solo ayudan a broncearse sino que también protegen el tracto urinario; evitar alcohol y bebidas con gas, así como frutos secos; y tomar bebidas isotónicas y añadir sal a las comidas, ya que la pérdida de electrolitos por la ostomía puede producir bajadas de tensión o desmayos.

Para estos pacientes es clave contar con el apoyo de enfermeras expertas en estomaterapia, ya que, según la propia experiencia profesional de esta enfermera cordobesa, “tener acceso a una consulta focalizada en el abordaje de la ostomía y liderada por enfermeras expertas representa la línea que separa vivir con una ostomía con salud, sin complejos, y sin renunciar a la vida social, sexual o personal; o que, por el contrario, la ostomía y la bolsa sean un foco de inseguridades y problemas que deriven incluso en depresiones”.

Consulta pinchando en estas imágenes para conocer breves consejos y recomendaciones de salud frente al calor, las quemaduras solares y el cuidado de las ostomías durante el verano:

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La voz de los pacientes

No en vano, el vocal de la Asociación de Ostomizados de Córdoba (AOCOR), Álvaro Sánchez de Puerta, ha señalado que la ostomía es un término que la mayoría de la sociedad desconoce, “y el verano es un reto para las personas ostomizadas en las zonas de clima muy cálido, como ocurre en el caso de Córdoba”. Personas a las que “debemos dar un mensaje positivo para que disfruten el verano, con la información adecuada y rompiendo tabús, porque la ostomía no debe de ser un obstáculo para realizar todas aquellas actividades propias de la época estival”.

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Álvaro Sánchez de Puerta, vocal de AOCOR, mostrando una bolsa de ostomía.

El vocal de esta asociación, que tiene unos 70 miembros en Córdoba, ha reiterado que la ostomía provoca un exceso de deshidratación en el organismo, por lo que la hidratación ha de mantenerse en todas y cada una de las actividades que se realicen. Asimismo, “es importante disponer de dispositivos de recambio para cubrir las necesidades del tiempo que pasemos fuera de casa, teniendo en cuenta que en el verano el dispositivo se ha de cambiar más a menudo y mantener una adecuada higiene diaria, evitando así las temidas fugas, que es la preocupación principal del ostomizado”.

Para dar respuesta a estas y otras preocupaciones de cara al verano que comienza hoy, el presidente en funciones del Colegio de Enfermería de Córdoba, Enrique Castillo, ha insistido en el importante papel que juegan las enfermeras, sobre todo las enfermeras gestoras de casos de los centros de salud de toda la provincia que vienen realizando una loable labor de prevención y cuidados entre los más mayores, desde que a principios de este mes se activara el Plan Andaluz para la Prevención de los efectos de las temperaturas excesivas sobre la Salud. Un papel importante no solo a la hora de ofrecer cuidados de calidad y realizar el seguimiento sanitario oportuno, sino también a la hora de prevenir y detectar posibles factores de riesgo entre los ciudadanos que acuden a los centros de salud y hospitales.

La citada encuesta fue realizada a finales de abril a cordobeses residentes en toda la provincia mayores de 18 años, distribuidos por sexo y edad según el peso de la propia población, con un error muestral de +/- 3,6% y un nivel de confianza del 95,5%.

Puede consultar y descargar los principales datos de esta encuesta aquí:

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Sobre los ‘Desayunos informativos Córdoba Enfermera’

Tras el cuarto Desayuno informativo Córdoba Enfermera de hoy, y para ir dando respuesta a las principales preocupaciones de los cordobeses sobre su salud, el Colegio de Enfermería de Córdoba seguirá ofreciendo a partir de septiembre recomendaciones en torno a distintas patologías y enfermedades. Para ello, contará con la voz cualificada de profesionales expertos de Enfermería colegiados en la provincia, procedentes tanto del sector público como del privado; con la colaboración y apoyo expreso de los Hospitales Reina Sofía, San Juan de Dios y Cruz Roja de Córdoba, y del distrito sanitario Córdoba-Guadalquivir del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y de varias asociaciones de pacientes. Más información en www.coecordoba.es/desayunossalud

 

CV de los enfermeros expertos participantes

Lorenzo Pérez Santos: Enfermero y Diplomado Universitario en Enfermería por la Universidad de Córdoba (UCO), es enfermero consultor de heridas crónicas y agudas, tanto en adultos como en niños, en el Hospital Universitario Reina Sofía desde abril de 2015, donde previamente ha desarrollado su carrera profesional en la Unidad de Cirugía Plástica, Reparadora y Quemados de este hospital. Entre sus publicaciones destaca la autoría y coordinación de diversas guías de práctica clínica relacionadas con el cuidado de las heridas (quemaduras, úlceras neoplásicas y epidermiolisis bullosa), que son referentes a nivel nacional. Creador también de un Plan Formativo Integral en Heridas para todos los profesionales sanitarios y coautor de una APP denominada HECROA para el cuidado de las mismas.

Sonia Vega López: Enfermera y Diplomada Universitaria en Enfermería por la UCO, es Máster en Cuidados Especializados de Enfermería en Urgencias y Críticos, Máster en Farmacoterapia y seguimiento farmacoterapéutico para Enfermería, Experta universitaria en Enfermería Escolar, y ha realizado varios cursos sobre ostomías. Actualmente, responsable del servicio de Enfermería de referencia del Hospital Cruz Roja de Córdoba, hospital en el que lleva trabajando desde 1994 en plantas de hospitalización de Medicina Interna y Cirugía, además de ejercer de docente interno para educación de la plantilla en cuidados de ostomías.

Rafael Molero de la Mata: Enfermero y Diplomado Universitario en Enfermería por la UCO, es Máster de Farmacoterapia para Enfermería y Máster en prescripción enfermera y seguimiento farmacoterapeutico en la Universidad de Valencia, además de especialista en acupuntura bioenergética y moxibustión, y en Gestión de Cuidados y Práctica Avanzada. Actualmente es enfermero gestor de casos de la Unidad de Residencias del Distrito Sanitario Córdoba Guadalquivir (referente de la Unidad), y anteriormente ha sido enfermero gestor de casos en Palma del Río, además de contar con experiencia profesional en Puertollano, Ciudad real, Mallorca, Italia y Tenerife.

Gloria Fernández Martínez: Enfermera y fisioterapeuta Graduada por la Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia) ha realizado diferentes cursos sobre Soporte Vital Avanzado; Generalidades ante las principales urgencias y emergencias pediátricas para Enfermería; Politraumatizado pediátrico, cuidados e intervenciones de Enfermería; y sobre Alteraciones urgentes y emergentes respiratorias, neurológicas, endocrinológicas e intoxicaciones en pediatría para Enfermería. Enfermera en el servicio de Urgencias y Urgencias Pediátricas del Hospital San Juan de Dios de Córdoba.